domingo, 8 de abril de 2012

♥ Capítulo 2 : Los encuentros ♥

Capítulo 2

Los encuentros

7 de la tarde de un lluvioso día de Octubre enfrente de la casa de Bertín ...

- ¡Marta mira quien viene!

- Azucena ... ¿No me digas qué tienes miedo de tu novio Manuel? - dije con voz asustada.

- ¡Pues sí! ¡Vamos a escondernos ahora mismo ahí en esa calle! - los nervios de Azucena iban subiendo.

Es una chica muy nerviosa, a pesar de que era su propio novio y que se querían mucho. Más valía hacerla caso, porque siempre tenía que llevar la razón. Someterse a sus quejas era lo mejor. Azucena observaba como se marchaba su novio Manuel con sus verdes ojos aún vidriosos de la emoción y de los nervios. Nos levantamos de detrás del coche del hermano de Bertín, Cipriano, y miramos hacia su casa. No nos gustaba lo que estabamos viendo. Esto era demasiado fuerte. La cortina se movía. Ya sabía quien era la personita que estaba detrás, que estaba fuertemente atado a mis cadenas del amor. Enseñó su rostro, bueno media rostro, nos quedamos alucinando ¡tenía la cara, de espiarnos a escondidas! y encima a mi sobretodo que soy su novia me habla cuando quiere.




Comencemos a correr. Nos decantemos por no parar de correr hasta salir de la calle y alejarnos de su casa. Esta vez se había pasado, sí es que no puede estar espiandonos todo el rato, nunca podemos pasar desapercibidas por nadie. Llevamos demasiado tiempo siendo invisibles para Bertín y para Manuel, pero ahora eso a cambiado de la noche al día, sí, a partir de ese día todo iba a ser diferente. Pero para ello tendrían que dar un completo giro a su vida actual.

Al llegar a la calle de Azucena, nos encontramos con unas chicas que por tuenti nos caían muy bien, no había nadie más en la calle, solo ellas, Verónica y Carla, y nosotras, así que nos acercamos a hablar con ellas.La verdad, a Carla no le caíamos muy bien, pero por hablar ...

- ¿Qué tal? - dijo Verónica.

- Bueno, podría estar mejor, pero no me puedo quejar. - respondí.

Tengo que decir algo ahora mismo. Tiene que parecer que Carla me cae muy bien también. Tengo que parecer interesante - pensó Azucena.

- Yo también estoy muy bien. - dijo Azucena.

- ¿Y dónde vais? No nos vemos nunca - dijo Verónica.

No podíamos decir que estabamos casi siempre en mi casa, que estabamos totalmente alejadas de la gente y que apenas salíamos de mi casa. Pero esto funcionaría.

- Bueno, es que entre que hemos estado mucho tiempo junto a nuestros novios, después entre que voy mucho al pueblo de mi madre a ver a mis abuelos y que me mandan muchos deberes, la verdad es que se me pasa el tiempo volando, vamos a dar una vuelta. - dije.

- Pues yo este mes también lo tengo muy ajetreado por la culpa de los queridos exámenes. Mis padres encima me van a castigar porque he suspendido un exámen. - dijo Carla.

- ¿Qué has suspendido? - dije.

- ¡Matemáticas! Sí, saqué un cuatro, no sabes como son mis padres. Para ellos que suspendas una es una deshonra.

- Pues no es para tanto ... - soltó entre una sonrisa nerviosa Azucena.

¡Venga Marta dí algo! - pensé.

- Pues yo saqué un cinco en el último examen de matemáticas.

Silencio de repente. ¡Jue! He quedado mal ¿No puedo arreglarlo? Demasiado tarde. Bueno, la gente se equivoca. Decidido. El próxima día quedamos con ellas. Pero no habría esas conversaciones tan incómodas y estaríamos charlando más normalmente.






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